El colesterol es una sustancia grasa que el organismo genera de manera natural, el hígado es el encargado de producir la mayor parte del colesterol y las concentraciones varían en gran medida por la alimentación.
Aunque normalmente se habla de colesterol como algo que afecta la salud, es importante decir que no es tan malo, de hecho, es una de las muchas sustancias utilizadas por el organismo humano para mantenerse saludable; sin embargo, cuando las concentraciones de éste comienzan a elevarse puede convertirse en un elemento de riesgo para la salud.
El colesterol circula en la sangre a través de sustancias llamadas lipoproteínas. Cuando estas lipoproteínas aumentan, se depositan en la pared de las arterias y bloquean el paso o circulación regular de la sangre, por eso, el colesterol elevado se convierte en el principal factor de riesgo para la enfermedad cardíaca.
Es importante saber que existen dos tipos de colesterol: de alta densidad o colesterol HDL y de baja densidad, o colesterol LDL. El colesterol LDL es conocido como “malo”, es aquel que puede formar placas de grasa en las paredes arteriales y bloquear el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro. El colesterol HDL, conocido como “bueno”, ayuda a eliminar el exceso de colesterol en el cuerpo.
En Estados Unidos, cada 40 segundos una persona muere por un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular, o enfermedad vascular relacionada con los niveles altos de colesterol.
En México, 195 mil personas mueren a causa de enfermedades del corazón, ocupando el primer lugar en causas de mortalidad.
A pesar de ser prevenible, un nivel de colesterol elevado es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardíaca. El 54% de los hombres y el 54.9% de las mujeres (entre 25 a 64 años) en México tienen valores de colesterol de 200 mg/dl o mayores incrementando los riesgos cardiovasculares. De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), 71 millones de estadounidenses tienen el colesterol alto, y 2 de 3 no lo tienen bajo control, teniendo graves consecuencias que derivan en enfermedades cardíacas.
La única forma de conocer los niveles de colesterol, es a través de un sencillo análisis de sangre. Este análisis mide tres tipos de grasa en la sangre: colesterol HDL (bueno), colesterol LDL (malo) y los triglicéridos. Estos últimos son otro tipo de grasa que se encuentra en el torrente sanguíneo y en el tejido adiposo, también producen un endurecimiento y estrechamiento de las arterias. Frecuentemente, cuando el colesterol se eleva, éstos también lo hacen.
Los niveles altos de colesterol y triglicéridos aumentan el riesgo de desarrollar un mal cardíaco.
Se recomienda realizar una prueba de colesterol en las condiciones en que el médico lo considere necesario, de acuerdo a las condiciones de salud.
Algunos factores que pueden sugerir la prueba son los siguientes:
Para entender mejor los resultados de colesterol:
Los resultados que arroja la prueba para medir el colesterol incluye la siguiente información:
Colesterol HDL (colesterol bueno)
Es bueno tener un número alto
Colesterol LDL (colesterol malo)
Es bueno tener un número bajo
Triglicéridos
No es bueno tener un alto índice.
El médico es el encargado y el único que puede dar al paciente una interpretación de sus resultados. Normalmente analizará los resultados del examen de sangre en conjunto con factores de riesgo, historial médico y salud actual del paciente.
A continuación, encontrará una tabla que puede ayudar a llevar un registro de los resultados que se han tenido a lo largo de cada prueba realizada en un periodo de tiempo.
Fecha | Colesterol total | Colesterol LDL | Colesterol HDL | Triglicéridos |
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Fecha | Colesterol total | Colesterol LDL | Colesterol HDL | Triglicéridos |
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*Su doctor le podrá ayudar a establecer los niveles ideales, basado en su perfil clínico y de riesgo para su salud
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para registrar sus resultados
Altos niveles de colesterol no constituyen una enfermedad, pero son un factor que puede elevar el riesgo de padecer algunas enfermedades graves como:
Ataque al corazón
Accidente cerebrovascular
Hacer lo posible por realizar cambios en el estilo de vida ayudará a prevenir ataques cardíacos y controlar los niveles de colesterol en la sangre.
Las comidas altamente procesadas y con mayor saturación de grasa también son altas en calorías, sodio, azúcar y algunas veces grasas trans. Las grasas saturadas aumentan el C-LDL o el colesterol malo en la sangre.
Una dieta balanceada, con una rutina de alimentación que considere no saltar ninguna comida, evitar los periodos prolongados de ayuno; moderar las raciones de alimento, evitando los excesos y reducir el consumo de alimentos procesados, contribuirá a mantener una vida más saludable.
La Fundación canadiense “Heart and Stroke” ha recomendado las siguientes acciones para quien padece colesterol elevado o desea prevenirlo:
Comer balanceadamente, escogiendo alimentos que contengan la menor cantidad de grasas saturadas, consumir medio plato de verduras que acompañen sus alimentos, consumir granos enteros como el arroz y quínoa, elegir carne magra, pollo sin piel e incluir cada semana porciones de pescado.
Realizar platillos con más vegetales y elegir, en la medida de lo posible, platillos vegetarianos y alimentos sin azúcar; evitar los postres o bebidas azucaradas. Para los alimentos entre comidas o también llamadas colaciones, se puede optar por combinaciones balanceadas entre frutas, verduras y alimentos bajos en grasa, por ejemplo, trozos de manzana y queso bajo en grasa.
Tratar de cocinar y comer más en casa, pues este proceso permite escoger alimentos que tienen menos grasa saturada o procesados, además del beneficio de compartir tiempo para preparar alimentos en compañía de la familia.
Al preparar los alimentos, también es importante reducir la cantidad de azúcar y sal.
Es importante reducir el número de veces que se come fuera de casa mes a mes, y si se planea salir a algún lugar, es recomendable elegir opciones donde los alimentos sean más frescos, no escoger carnes procesadas; compartir los alimentos o pedir que le guarden la mitad para poderla consumir al siguiente día.
Logre alcanzar y mantener un peso saludable. Cuando se tiene sobrepeso u obesidad, el cuerpo almacena una mayor cantidad de grasa y colesterol. Incrementar de talla o convertirse en una persona obesa aumenta los niveles de C-LDL (colesterol malo), reduciendo niveles de C-HLD (colesterol bueno) e incrementando los niveles de triglicéridos, lo cual repercute en su salud. La forma más rápida en la que se puede perder peso es evitando los alimentos altos en grasas.
Realizar actividades físicas, pues el llevar un plan de ejercicio incrementa los niveles de colesterol HDL (bueno), contribuye a la pérdida de peso y a reduce los riesgos cardíacos. Se recomienda realizar actividad física por 25 o 30 minutos al día como andar en bicicleta, nadar o realizar caminatas largas.
No fumar, pues es un factor que aumenta los ataques cardíacos y reduce los niveles de HDL que es el colesterol bueno. Cuando se deja de fumar en algunas semanas se estabilizan esos niveles y comienza a incrementarse el colesterol bueno. Asimismo, controlar la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre (diabetes) y reducir el estrés.
Existen diversos tipos de grasa, como la mono-insaturada, grasas poli-insaturadas, grasas trans y saturadas. La cantidad y calidad de las grasas que se consume es importante, ya que la dieta no debe concentrarse en un solo tipo de grasa, debe ser balanceada, lo que permitirá un mejor equilibrio y los niveles óptimos de colesterol.
Es importante estar pendiente de la tabla nutricional que contienen los productos, casi todos los alimentos envasados tienen al reverso un etiquetado nutricional de los ingredientes que contiene, información de calorías y azúcares y sodio, entre otros.
Los alimentos basados en una dieta de grasas y aceites naturales proveen al cuerpo de energía y grasas esenciales, ayudando también a absorber vitaminas naturales como lo son A, D, E y K.
Consejo | Tipo de alimentos |
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Escoger alimentos con omega 3 y poliinsaturados | Salmón, sardinas, trucha. Aceite de canola |
Comer moderadamente | Maíz, aceite de cártamo o girasol, cacahuates, margarinas, nueces, frutos secos con sal, aderezos con aceite, aguacate. |
Consumir en menores cantidades | Sal, azúcar, y grasas trans, alimentos como salchichas, hígado, salami, mortadela, chocolates y bebidas azucaradas. |
Evitar consumir alimentos | Grasas trans en alimentos como donas, galletas, cuernitos, pasteles, muffins, comida rápida y alimentos capeados. |
En algunos casos, la dieta y el ejercicio son suficientes para disminuir y mantener niveles adecuados de colesterol; sin embargo, no todos los casos son iguales, hay condiciones que exigen la intervención de tratamientos farmacológicos que ayuden a reducir las altas concentraciones de colesterol en sangre.
Ante este panorama existen diversos tratamientos y el médico es el único que puede ayudar a decidir qué medicamento es el óptimo, basado en el historial clínico de cada persona.
A continuación, un listado de los tratamientos que son más comunes para el control del colesterol:
Es importante que todo paciente se encuentre bajo supervisión médica y tomar el tratamiento que exclusivamente haya prescrito el especialista, en la forma y dosis sugerida por él; asistir a las citas médicas y estudios médicos solicitados; apegarse a un estilo de vida más saludable con alimentación balanceada y ejercicio.