Con el agitado estilo de vida que llevamos hoy, la mayoría de nosotros terminamos comiendo fuera de casa por lo menos una vez a la semana, si no es que más.
Las comidas fuera de casa dificultan el control de los ingredientes, calorías y porciones. Esto puede ser particularmente difícil para las personas con diabetes tipo 2 (y para aquellos de nosotros tratando de evitar esta condición). Los siguientes consejos pueden ayudarte a comer fuera sin abandonar tus esfuerzos para comer sanamente.
Pregunta cómo se prepara la comida. Antes de ordenar, pregunta sobre los ingredientes y cómo se preparan las selecciones del menú. Trata de elegir platos hechos con granos enteros, aceites saludables, verduras y proteínas magras. La carne que ha sido asada, escalfada, horneada o asada a la parrilla es una opción más saludable que los alimentos fritos, capeados, empanizados, o los platos preparados con salsas pesadas.
Busca menos. Tus ojos son el instrumento perfecto para dimensionar el tamaño de las porciones. Utiliza algunas técnicas de estimación para el tamaño de la comida en tu plato:
1 punta del pulgar = 1 cucharadita de mantequilla de maní, mantequilla o azúcar.
1 dedo = 28 gr. de queso.
1 puño = 1 taza de cereales, pastas o verduras.
1 puñado = 1 oz. de nueces o cacahuates.
1 palma = 85 gr. de carne, pescado o aves.
Pide una orden extra de verduras. Las verduras sin almidón, como judías verdes, brócoli, espárragos o calabazas, te ayudarán a sentirte más satisfecho con opciones bajas en calorías.
Piensa en el futuro. Conoce la información nutricional antes de tiempo. La mayoría de las cadenas de comida rápida proporcionan calorías, sodio y contenido de grasa en sus menús. Echa un vistazo a
www.calorieking.com para obtener una lista de más de 50.000 alimentos. También puedes visitar sitios web específicos de los restaurantes para averiguar sus contenidos nutricionales. Muchos lugares muestran carteles con este tipo de información nutricional.
Para obtener más información no olvides consultar a un especialista en nutrición.
Fuente Harvard Medical School.