El tema de la campaña para el Día Mundial de la Salud de 2017 es la depresión, cuyo lema es HABLEMOS.
La depresión afecta es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas (20% de la población mundial) sin importar la edad, condición social y cultural de la persona.
La depresión es distinta a un estado pasajero de tristeza, que puede ser considerado como una reacción normal ante los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando dicho estado se prolonga o sus síntomas se agravan, causando gran sufrimiento y alterando las actividades laborales, escolares y familiares.
La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
El riesgo de padecer depresión se ve agravado por la enfermedad física (como las enfermedades del corazón), la pobreza, el desempleo, acontecimientos vitales como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación y los problemas provocados por el alcohol y las drogas.
La depresión se puede prevenir y tratar de manera eficaz. El tratamiento suele consistir en terapia de conversación, medicación antidepresiva o una combinación de ambos métodos.
Algunos de sus síntomas pueden ser:
¿Cómo se relaciona la depresión con las enfermedades del corazón?
Las personas con enfermedades crónicas tienen un mayor riesgo de depresión pues la ansiedad y el estrés relacionados con la enfermedad pueden desencadenar síntomas de depresión. Algunas veces, estos síntomas pueden presentarse después de un diagnóstico clínico reciente, pero desaparecen en la medida en que la persona se adapta o en que se trata la enfermedad
Se ha comprobado que las personas con una enfermedad o afección médica son más propensas a sufrir de depresión. Pero también el riesgo de presentar algunas enfermedades físicas es mayor en las personas con depresión. Por ejemplo, las personas con depresión tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, derrames cerebrales y la enfermedad de Alzheimer:
“La depresión se asocia con frecuencia con las enfermedades cardiovasculares. Aunque inicialmente se la consideró una consecuencia de la situación de gravedad de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, especialmente en quienes cursan eventos agudos, ulteriormente se la reconoció como una condición asociada, considerada un factor de riesgo independiente de mala evolución de los pacientes con enfermedad cardiovascular” (1).
Algunos consejos:
“Es fundamental un diagnóstico precoz ya que muchas personas deprimidas son objeto de equivocadas creencias sobre la enfermedad mental, lo cual puede retardar el diagnóstico y como consecuencia su tratamiento” (2).
Fuentes:
National Institute of Mental Health
Organización Mundial de la Salud
(1) Sociedad Uruguaya de Cardiología
(2) Fundación Cardiológica Argentina