Aunque es claro el daño que la contaminación tiene en el sistema respiratorio por la mala calidad del aire también se han comprobado los efectos nocivos de la contaminación en el corazón.
¿A qué se debe?
La contaminación del aire aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares (ECV) en gran medida a partículas diminuta, llamadas 2.5 (PM2.5), con composiciones variables de sustancias nocivas que cruzan las arterias.
Una vez en las arterias, se adhieren a sus paredes como ocurre con el colesterol y otras grasas y paulatinamente conducen a las arterosclerosis, dado que engrosan las paredes arteriales y dificultan el riego sanguíneo adecuado, algo que eleva el esfuerzo del corazón por llevar sangre al organismo y puede degenerar en accidentes cardíacos.
¿Quiénes son las personas más vulnerables?
Los grupos de riesgo de ver especialmente afectado su corazón a causa de la contaminación son personas con:
A este grupo se incorporan los ancianos y los deportistas que se ejercitan por zonas con una alta presencia de estas toxinas.
¿Qué podemos hacer?
Aunque la contaminación es algo que supera las decisiones individuales y el estilo de vida de las personas, en las grandes ciudades es importante considerar que el cuidado al medio ambiente depende de la suma de esfuerzos individuales.
En caso de contingencia ambiental es importante permanecer en casa y no exponerse a los agentes contaminantes en el aire. De hecho, de acuerdo con el doctor José Barrabés, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC): “La polución es altamente nociva para nuestra salud y en particular para nuestras arterias, considerándose ya como un nuevo factor de riesgo cardiovascular para el que no hay otra solución que intentar evitarla.”
Fuentes