Con la colaboración de: Ana Sofia Amavizca
Un accidente cerebrovascular se produce por la oclusión de los vasos sanguíneos que riegan el cerebro o por la rotura de un vaso sanguíneo encefálico.
Algunas de las señales de alarma de un accidente cerebrovascular son:
Los accidentes cerebrovasculares son la segunda causa de muerte más importante en el mundo y la sexta causa de discapacidad más frecuente.
Fumar contribuye a aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular por distintas vías. La nicotina, el monóxido de carbono y los gases oxidantes son los principales componentes del humo de tabaco que pueden causar accidentes cerebrovasculares.
Las sustancias tóxicas que contienen los productos de tabaco para fumar dañan los vasos sanguíneos, provocando inflamación y disfunción endotelial, que se refiere al desequilibrio de sustancias que predisponen a la inflamación y el incremento de la permeabilidad muscular y facilita el desarrollo de arteriosclerosis,
Los efectos del humo ajeno en la vasculatura cerebral son casi tan graves como los del hábito de fumar, y, fundamentalmente, actúan a través de los mismos mecanismos biológicos, esto es, inflamación y una mayor formación de coágulos, entre otros.
Los factores de riesgo de accidente cerebrovascular pueden dividirse en factores no modificables y factores modificables. Los factores de riesgo no modificables escapan al control del individuo y son la edad, los factores genéticos, la raza y el origen étnico.
Los principales factores de riesgo de accidente cerebrovascular modificables son la tensión arterial alta y el consumo de tabaco (tabaco para fumar, tabaco sin humo y la exposición al humo ajeno).
La relación entre el consumo de tabaco y los accidentes cerebrovasculares está claramente establecida. El número de fumadores que padece cardiopatías y accidentes cerebrovasculares es mucho mayor que el que desarrolla cáncer de pulmón; además fumar puede duplicar el riesgo de accidente cerebrovascular.
Se estima que el 7% de todas las muertes provocadas por enfermedades cerebro- vasculares se debe al hábito de fumar. Este es responsable del 17,6% de las muertes prematuras por enfermedad cerebrovascular entre los adultos de 30 a 60 años de edad.
Existe una relación causal clara y bien definida entre el consumo de tabaco y los accidentes cerebrovasculares. Fumar aumenta de dos a cuatro veces el riesgo de ictus que es la principal causa de daño cerebral adquirido, se produce por la interrupción del flujo sanguíneo en alguna zona del cerebro tanto en hombres como en mujeres.
Desde 1964, distintos informes sobre el tabaco publicados por el Director General de Sanidad de los Estados Unidos describen la relación entre el hábito de fumar y los accidentes cerebrovasculares y señalan la existencia de otras relaciones importantes:
Para mayor información te invitamos a que visites la pagina de la Organización Mundial de la Salud: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/250439/WHO-NMH-PND-CIC-TKS-16.1-spa.pdf;jsessionid=74E2F5E62DD558612A2CD570075FDC9B?sequence=1