Es un nombre genérico referente a un evento cardiaco primario. Los ataques al corazón o también conocidos como paros cardíacos, se refieren en términos médicos a un infarto agudo al miocardio; ocurren cuando el flujo de la sangre rica en oxígeno es obstruido y no llega a una porción del músculo cardiaco del corazón, al no tener esta irrigación de sangre es que se produce daño en el corazón. De forma muy regular los ataques cardíacos son provocados por un coágulo, sobre una placa de aterosclerosis, y es lo que provoca, la interrupción del flujo sanguíneo en las arterias coronarias en las cuales se transporta el oxígeno y la sangre.
Muchos ataques cardíacos son ocasionados por una obstrucción total del vaso sanguíneo del corazón (arteria coronaria) cuando la sangre con oxígeno no llega a este músculo, después de 40 minutos, sin restaurarse el flujo entonces las células desprovistas de oxígeno mueren y conlleva a la Necrosis Miocárdica. Los ataques cardíacos pueden ser causados por:
Los ataques cardíacos se pueden asociar con problemas graves de salud como lo es la insuficiencia cardíaca y las arritmias, que pueden llegar a ser mortales. Las causas de un ataque cardíaco no siempre se conocen, pueden ocurrir de tal forma:
Cuando se comienza a experimentar alguno de los síntomas que se mencionan es importante que el paciente solicite ayuda inmediatamente, pues podría estar salvando su vida y evitar un mayor daño al corazón.
No existe una regla que garantice que puedan sentir los mismos síntomas todas las personas, habrá quienes experimenten diferentes sensaciones como ardor similar al de una indigestión o acidez estomacal, así como el dolor puede centrarse en una pequeña parte del pecho. Algunas veces los síntomas no son concientizados como originarios del tórax, sino del abdomen, lo cual confunde con otras causas, como gástricas, etc. Esto es particularmente frecuente en personas con diabetes, mujeres y edad avanzada.
Presión, ardor, tensión, opresión del pecho que dure más de 20 minutos.
Molestia constante como indigestión.
Una presión intensa e incómoda del pecho que viaja a los hombros, cuello, brazos, mandíbula y espalda.
Mareos, desmayos, sudoraciones “frías”, esto siempre indica que algo grave está ocurriendo o malestar en el estómago difuso.
Ansiedad, debilidad, náuseas y cansancio inexplicable.
Latidos anormales, acompañados de sudoración extrema y palidez en la tez.
Las mujeres, de manera particular, manifiestan síntomas como:
Dolor o molestia en la mitad del pecho.
Molestia en otras zonas de la parte superior del cuerpo, brazos, espalda, cuello, la mandíbula o estómago.
Dificultad al respirar, sudor frío, conocido como diaforesis y náuseas o mareos.
El tratamiento tras un episodio de éstos tiene como objetivo restablecer el flujo de sangre al músculo cardíaco, normalizar el pulso y brindar al corazón tiempo para que se recupere. El tratamiento inmediato que se debe dar es fundamental para evitar un mayor daño en el corazón:
Los fármacos que son capaces de disolver los coágulos como la tenecteplasa y los activadores del plasminógeno tisular son la medida terapéutica más disponible en el mundo entero para el tratamiento, del Infarto del Miocardio con Elevación del Segmento ST. Ha mostrado reducir dramáticamente la morbi-mortalidad en el Infarto del Miocardio. El reposo también es clave del tratamiento durante días consecutivos a este evento, sin embargo, es importante que el paciente pueda levantarse, caminar y ejercitar de forma no agitada al corazón, pues el ejercicio leve ayudará a la recuperación.
A continuación, se enlistan una serie de sugerencias de prevención:
Dejar el cigarro, fumar aumenta el riesgo de un ataque cardíaco. Al dejar de fumar el riesgo aminora 50%
Checar las medidas de colesterol y la ingesta de alimentos que como consecuencia lo elevan. Alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas.
Hipertensión arterial, monitorear y cumplir con una adherencia al tratamiento ayudará a no tener disparos de picos en la tensión arterial, apego a una dieta balanceada y ejercicios de bajo impacto, dieta baja en sodio y evitar azúcares, así como consumo de alcohol. La adherencia al tratamiento que le brinde su doctor, también hará la diferencia.
Reducir los niveles de estrés, ya que el estrés crónico, ansiedad o angustia dañan el corazón a lo largo de los años. Realizar ejercicios de relajación como yoga, meditación o terapia psicológica ayudará a reducir estos niveles.
Es indispensable que el paciente, de la mano con los profesionales y expertos de la salud, desarrolle un mejor estilo de vida para prevenir el desarrollo de cualquier enfermedad del corazón.
Es importante que todo paciente se encuentre bajo supervisión médica y tomar el tratamiento que exclusivamente haya prescrito el especialista, en la forma y dosis sugerida por él. Asistir a las citas médicas y estudios médicos solicitados; apegarse a un estilo de vida más saludable con alimentación balanceada y ejercicio.